Muchas veces, la enorme cantidad de responsabilidades laborales de un líder empresarialle hacen olvidarse de cultivar y mantener una buena relación con su equipo de trabajo. Estos son algunos de los errores más comunes que cometen las personas en posiciones de liderazgo:
Falta de integración con el equipo
Ser un líder implica conocer a las personas con las que se trabaja. Más allá de saber el cargo que desempeñan, es importante empaparse de sus objetivos, motivaciones e incluso problemas, ya que esto crea una conexión que integra al equipo.
Ser inaccesible
Este punto tiene dos aristas: por un lado, es importante que los empleados sepan que la puerta del líder empresarial está abierta para el momento en que necesiten expresar alguna cuestión relacionada o no con el trabajo. La persona que ocupa un cargo directivo no debe percibirse como alguien intocable y lejano, sino cercano y dispuesto a colaborar con el equipo. Por otra parte, se debe ejercer un liderazgo con disponibilidad y apertura para que el personal no se sienta abandonado a sus tareas y comprenda que hay canales por los cuales se puede mantener la comunicación.
No preocuparse por el desarrollo de sus colaboradores
Si bien enfocarse en el cumplimiento de metas es fundamental, también lo es considerar el desarrollo y aprendizaje de los empleados. Esto favorece su crecimiento personal, pero también incrementa el valor de su trabajo en pos de los objetivos y resultados que persigue la Empresa. De esta manera, el líder empresarial puede llevar a los empleados a explotar y desarrollar un potencial que quizá no conocían ni ellos mismos.
No retroalimentar
Para generar un cambio, cada miembro del equipo necesita una retroalimentación que además lo motive para mejorar en sus actividades. Vale la pena invertir tiempo en dar comentarios respetuosos pero sinceros acerca del desempeño de cada persona. Los trabajadores interesados en mejorar su competitividad son los que mejor recibirán esta retroalimentación.
No reconocer sus límites
El liderazgo viene acompañado de una amplia serie de responsabilidades, mismas que deben delegarse, organizarse y asumirse. Si el líder empresarial no aprende a decir “no” a superiores o a clientes, corre el riesgo de entregar malos resultados, entonces se debilita su liderazgo, y por ende, se merma la productividad de la Empresa o área dirigida.
No ser empático
Un interés genuino en los trabajadores le permitirá al líder notar cuando el miedo, la desilusión u otras emociones negativas estén afectando el rendimiento de los empleados.
FUENTES: