¿NECESITAN LAS CLÍNICAS DENTALES UNA ORTODONCIA FINANCIERA?

La odontología se lleva a cabo desde la ciencia y se ejecuta desde el arte. Cualquier dentista lo sabe. Sin embargo, no todos son capaces de ejercer su profesión y llevar al día la gestión de su negocio, algo imprescindible para acabar dando un buen servicio.

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Según el estudio ‘Escenario Odontológico en España 2018’, elaborado por Dental Doctors Institute of Management con la participación de 600 profesionales del sector dental, uno de cada dos profesionales dedica menos del 10% de su tiempo a la gestión. Un error teniendo en cuenta las advertencias lanzadas por la Organización Colegial de Dentistas de España, que avisa que en tiempos difíciles sólo superarán la situación aquellos que tengan controladas sus finanzas y la organización de su negocio.

 

Entre otras previsiones, además, la institución augura también “cambios importantes en la forma de atender el ejercicio profesional, que pasará de realizarse por cuenta propia e individualmente a trabajar agrupados con otros profesionales en policlínicas, aseguradoras o franquicias”. Una variación que afectará al modelo de negocio y a un gran número de dentistas, por lo que hay que estar preparados.

 

En la actualidad, el 92,5% de los dentistas trabaja en clínicas privadas frente al 5,6% que lo hace en franquicias y el 1,9% en aseguradoras, según el análisis ‘Industria Healthcare clínicas dentales’ elaborado por Braintrust. Un estudio que también desvela que este negocio mueve en torno a 9.000 millones de euros al año, con un 76% de clínicas que factura menos de 500.000 euros anuales y sólo un 6% por encima del millón de euros.

 

¿Y los gastos? Entre los más recurrentes y elevados destacan la compra de materiales y suministros, que suponen más de 2.000 millones de euros al año, y los sueldos que rozan también esa cifra. Costes que, sumados a otros como suministros, equipamiento,
alquileres o viajes, elevan los gastos hasta el 80% de sus ingresos, y que se saldan, en su mayoría, a través de transferencia y domiciliación bancaria.

 

La gestión financiera de cualquier negocio es un asunto capital. No en vano, muchos de estos gastos que ahora se comen la mayoría de la facturación en los negocios odontológicos podrían aliviarse si se cuenta con una solución adecuada a cada caso. Y es que siempre hay herramientas que permiten un cierto alivio. La Tarjeta Business Gold de American Express es un ejemplo. Con este producto, estos profesionales no sólo cuentan con la mejor respuesta a sus problemas de gestión, pues con ella pueden disponer de información detallada de los estados de sus cuentas, sino que también facilita los desplazamientos y permite, incluso, bonificaciones gracias al programa de puntos al que está asociada.

 

Con la Tarjeta Business Gold de American Express, gastos como los viajes, que suponen para los odontólogos un coste de 64,3 millones de euros anuales, pueden reducirse notablemente gracias a las mejores tarifas sin restricciones que permite este producto y descuentos de hasta un 35%, entre otras mejoras. Además, el programa Membership Rewards al que está asociada ofrece el canje de los puntos que se acumulen por billetes de avión y de tren, noches de hotel, etcétera, lo que puede permitir, por ejemplo, un ahorro importante en los viajes de trabajo de estos profesionales. Pero no es el único gasto deducible, ya que en equipamiento también pueden ahorrar, pues este programa ofrece la posibilidad de canjear los puntos por lo último en tecnología gracias a los acuerdos con firmas de primer nivel en sus respectivos ámbitos.

 

¿Y los ingresos?

Según el estudio ‘Escenario Odontológico en España 2018’, el número medio de pacientes atendidos al día es de 21, pero sólo el 30% de ellos dispone de seguro, señalando el coste del mismo como la principal barrera a la hora de disponer de ello. Por eso, además de que la mayoría de las clínicas acepten las tarjetas de crédito como medio de pago, el 68% de estos negocios ofrece financiación a sus clientes, principalmente a través de acuerdos con bancos.

 

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Sin embargo, esta ventaja para el cliente no siempre se traduce en una ventaja para la propia clínica, pues en 3 de cada 4 casos deben ser ellas mismas quienes asuman el riesgo de impago. De ahí que sea esencial investigar las entidades financieras a su alcance para conocer todos los productos que puedan ofrecerles y que se adecúen a sus necesidades.

 

Y es que conciliación y optimización son los temas clave para estos negocios, que podrían tener mayor y mejor recorrido con una gestión financiera adecuada. No deberían descartar la colaboración de un partner que les dibuje la hoja de ruta adaptada para cada caso. Un socio que tenga experiencia en B2B y que, como sucede con American Express y sus soluciones financieras, trace junto a ellas su receta de gestión.